CARTA SIN DIRECCIÓN

Besas como nadie y vives como ninguna,
tú esvelta figura tortura mis instintos,
mejoras con los años propio del buen licor.
Pruebo su sabor y me siento lleno.

El ruido de mi corazón, el ruido de tus tacones,
con razones te quiero, cielo tienes la virtud
de cambiar mi mundo entero solo con un suspiro
que bate como un huracán la muralla de mis miedos.

Dame tu corazón o dame un revolver
que no lo usare con fines malvados,
lo usare para luchar por tus sueños y matar tus decepciones;
así bien sabrás querida lo mucho que te amo.

Toque el horizonte la noche que tú posabas
en el sofá, estabas tan bella.
Remache mi cuerpo en las grietas de tú alma
para acabar de unir nuestros pedazos.

Salí al exterior extasiado y enrojecido:
Halle una aurora boreal proyectada en un lago
plagado de blancos cisnes bajo una luna azul.
Fue lo segundo más bello que vi esa velada.

Los dedos palpaban nuestra anatomía de manera caótica,
pero dulcemente, dulce como un mar de miel y regaliz.
En las noches de frío invierno parecía verano
por los sofocos productos de nuestro calor.

Con el honor en juego en el fuego
de la batalla en las trincheras de la alcoba.
Unos kamikazes del amor hasta la muerte
juntos luchando hasta la mutua explosión.

En el suelo de esa habitación soñamos tantos viajes,
tantas aventuras, tantas cruzadas y tantas gestas.
Deliramos constantemente, aunque liego
lo recordábamos camino al bar de siempre.

Aún recuerdo el día que te vi,
dos esmeraldas debajo de tus cejas,
dorada cabellera coronándote.
Reina de labios de carmesí.

Unas miradas negligentes se cruzaron
esa tarde, y era pronto para dictar
el paradigma de la ciencia del amor
aunque sin explicación nosotros lo sabíamos con certeza.

Presas del afecto, por defecto y compromiso;
asimismo, ensimismados: tú de mí y yo de ti.
Recibí una caricia por adiós
y un abrazo por un hasta siempre.

Ahora solo te extraño en mi cuarto,
mientras te recuerdo en mi memoria
y guardo los momentos vividos
en una caja de cristal traslucido.

Es una carta sin dirección,
sin sello, ni remitente.
Y por todo lo que no vivimos
nunca la voy a entregar como venganza.

Como odio quererte y quiero odiarte.
Me dedicare al arte para evadirlo.
Transcribírmelo en otro idioma
que el del amor me es ininteligible.

Un payaso que llora mientras sonríe
es el mismo que te escribe dulcemente.
El romance es tan irónico e infausto,
lo mucho que se embellece y lo poco que lo vivimos.

Aunque la RAE equivocadamente ha suprimido el acento diacrítico en "solo", en verso como éste:

"Ahora solo te extraño en mi cuarto"

Demuestra la necesidad de la tilde para diferenciar adjetivo de adverbio. Porque para mí lo más indicado en este caso sería "solo" sin tilde, como lo has puesto, aunque mejor entre comas, pero al no existir la necesidad de acentuar, se crea confusión.

Dejando a un lado este debate lingüístico, debes cuidar más la presentación de los poemas, ya que al principio de todo cometes una falta de ortografía mu flagrante ("tú esvelta") y además faltan y sobran muchas tildes.

Imagino que al darle una forma epistolar has querido hacerlo más discursivo, pero creo que le falta lirismo, aun cuando desborde íntima pasión.

Saludos, Zeta, y gracias por compartir.

Un poema muy nostálgico, anhelo por algo que pasó. Todos tenemos esa sensación de haber sido perdedores de algo a lo que le pusimos tantas ganas, tanto cariño, tanto amor, pero que las circunstancias, hace que no sea posible. Así que solo queda el recuerdo, por lo menos lo viviste y gracias a ello ahora puedes escribirlo. De todo aprendemos.
Un saludo.

Gracias por comentar Óscar, tomo tus consejos.
Saludos!

Gracias por el comentario Hotaru.
Saludos.