En la carretera-.

A través de la noche
donde se suceden los planetas
las sangres administradas de los silos
en su profundidad de matemática incierta,
como una nebulosa de hastío, de profético tedio,
de marea sonrojada en las gargantas parciales
absortas en su alcohol de madrugada enteca,
me sonríes, lleva la delantera, constituyéndote
favorable a los designios, vislumbrando zonas ajardinadas,
céspedes inquebrantables, velocidades muertas de carnívoro
ecuánime, y buscas la extenuación de los siglos, el vértigo
de las mayorías dilapidadas, que asumen el canto unánime
de estar solos en su soledad, absortos, ebrios de piel y supuraciones.
Así, perforo las superficies, inicio la redención arrodillado, entre
muslos de infranqueable belleza, la perforación ilimitada, el brusco
acontecer de labios contra labios, florestas desposeídas, barcos petulantes
que estancan en la noche. Y soy
dividida materia por un instante casual, denigrando
alfombras, sigilosas respiraciones de humo, conteniendo en mí
sucesos y alegorías, por una vez. Me doy
asciendo la carretera insufrible, el guante de niebla,
la vetusta desaparición de personajes iguales en fábulas y desencuentros,
y soy el autoestopista que murmura canciones entre los labios detenidas.
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Me gustan estos poemas más monologados que son como un cuento modulado en la hoguera. Hay algunos hallazgos poéticos dignos de mención: "nebulosa de hastío", "madrugada enteca".

Saludos.

Intento conferir una suerte de matemática sintáctica a lo que escribo, aunque me resulte difícil por supuesto. La verdad es que decir dos frases sentidas con un mínimo de hilación. Gracias Óscar por tu opinión favorable, un saludo!