El juglar ciego

EL JUGLAR CIEGO

(A J.L.Borges)




Olía a humo de trenes. La arena
respiraba perfumes de vela y alquitrán.
El mar es el techo que alumbran las gaviotas.

Todavía las calles prohibidas.
Rodaban salvajes las miradas
de la carne sin alma, como oscuros fuegos.

Disparos en la noche fría
como el vidrio roto, como la ceniza
que no se recuerda.

Soberbias cúpulas, almenas sobrevoladas
por pájaros sin idioma, viajeros del mundo.
Los antepasados bailan música
de campanas en jardines muertos.

Yo pude ser el niño que viajaba hacia el Sol
en un aeroplano de papel.
En tiempo de resplandores,
el alma no sabe de tinieblas.

Perseguí mariposas de acero
con estanques y arboledas en sus alas,
hasta que el sendero me hizo elegir: escaparon luego.

Entre palabras inmortales, sabios pétalos
descoloridos .El misterio vestía falda de organdí;
Todas las muchachas se llamaron Mignon.

Abre los ojos, dijeron, mira y marcha lejos,
hunde tus manos en el futuro y moldéalo
como si las rosas no murieran,
como si no tuvieras que arrepentirte jamás.

.Atardecer en llamas, mi sombra vuelve al mar;
Goofus Bird sigue volando. Adonde voy no importa,
de donde vine si.

"Adonde voy no importa,
de donde vine si."

Has sabido dar con un cierre espléndido, aunque a esos "dónde" creo que les faltaría una tilde para entenderlos mejor.

Voy empapándome de tu poesía. Cada poema que te leo me parece más rico que en el anterior. Aquí te introduces con pulsión desaforada en el prolijo universo borgiano.

Saludos, Pablo.

Gracias Óscar. Este poema se lo debía a Borges desde tiempo inmemorial.

Un gran poema. Un saludo Pablo!

Hoy tu poema es tu viaje, y aunque no importe adónde vas si que es importante adónde has llegado.