Después de una excursión

DESPUES DE UNA EXCURSIÓN







Como una majestuosa vela entre cipreses,
caminas de vuelta con cadencia de delfines.
Recortada en la luz de un horizonte,
hueles a olas, habanera y desafío.

Con viento de pescadores, pondrás
de plata las rosas de alabastro
en el jardín exento de corales,
y una gota de sal en mis labios
será un lucero si me besas.

Que nostalgia de la espuma que acaricia
los pies párvulos aun sin camino,
y se ofrece a la arena para acoger
los cuerpos que un sol ardiente
y despiadado barniza de riqueza.

Has llegado oliendo al mar
que habla todos los idiomas
y en su profundo silencio guarda
los destellos de sueños innombrables.
Extensión exacta de belleza ante el ocaso
que llama desde el otro lado del olvido

Con tus poemas tengo la extraña sensación de que se sienten de muchas maneras. Es como si se pudiesen oler y saborear.
Acarician de alguna manera, amigo.

Muchas gracias, Ulises, amigo. Yo creo que un poema tiene más caras que la de aquél que lo escribió: Ttntas como lectores. Si así te lo parece también, no vamos mal del todo.