El pasaporte del otoño

Le robé el paraguas a la primavera
riéndome calle abajo de su sonrisa de cola de gato.
Abrí sus pechos para ver el pulso amarillo de las lenguas y los abrazos,
el primer cigarro como la única mentira de una selva de trenes y fechas.

Le clavé el amor desde la violencia de la herida,
desde la luz de las certezas que me tendieron la mano en una feria de cuerpos.
Le regalé diez o doce noviembres,
una mirada de mármol frío arañando los cristales,
el secreto de un pezón rosado
abalanzándose como una mariposa a un espejo.

Le caminé y le di vueltas,
me aprendí los detalles de los naufragios,
los instantes en los que apoyar la frente sobre la inmunda ciudad de una cama.

Y hoy al lado de tu pelo,
en el hombro del cristal y del olvido,
hay una mancha que guarda en sus fronteras la habitación del otoño.

Se nota que tienes experiencia, un bagaje detrás. Es un buen poema. No falta imaginación ni buenas metáforas. Tiene originalidad y buen ritmo. Me ha gustado.

Saludos, José Manuel.

Hola!
Me ha gustado mucho. Buen ritmo y bello contenido.
Enhorabuena, y gracias por compartirlo.

Saludos