Navegando por el mar interno

Navegando por el mar interno

Navego por el mar de la incertidumbre ,
en un barco de madera.
Por velas llevo blanco papel
en el que escribí, adelante .
El timonel no tiene cartas de navegación,
tiene miedo , aunque su mirada está alta
para no perder el horizonte ,
a sus manos titubeantes les sobra tensión .
El mar está movido ,
tan cerca estoy de la tormenta como de la calma.
La travesía es en solitario, aunque con otros barcos
me encuentro y comunico en mar abierto.
De haber soltado amarras no me arrepiento
más a veces estoy ansioso de no saber de un puerto de destino.
Soy dueño de mi intención , en la que al aceptarme me unifico,
ella toma el rumbo , el timonel se relaja ,
la tensión de sus manos se transforma en firmeza.
En medio de la travesía una luz me llega ,
siento el abrazo del mar interno y a él entrego mis dudas,
acepto que mi fragilidad es mi fuerza.

La vida es un proceloso mar en el que a menudo zozobramos. Te sirves de esa analogía para hablarnos de las dudas vitales y de la fragilidad de la existencia.

Saludos, José Antonio.