Las Cortes

El invierno y la primavera 
son vecinos pero,
ni siquiera se conocen.
Nunca han coincidido 
en el ascensor
bajando la basura, 
o en alguna reunión de consorcio.


A este lunes le pasa algo parecido, 
con el domingo pasado que le dio la espalda.
Le toca empezar siempre 
el primero 
sin ninguna explicación, 
y con la pereza injusta
que se pasó de frenada, 
el fin de semana


Será una coincidencia, 
pero también
le sucede a la mano derecha 
con la izquierda.
Pese a que forman 
un mismo cuerpo
tienen el mismo tacto,
y el mismo olor, 
y la misma manera de desnudarse.
Aún asi, 
un hemiciclo de voces
encontradas,
las separa,
las llaman extremidades, 
les pintan las uñas 
de distintos colores,
y lo peor de todo,
es que aprenden a gritarse.


Totalmente polarizadas,
dos auténticas desconocidas.




Es normal que miren distintos informativos, 
que lean prensa diferente,
y que cada una construya
su propio sesgo


Pero aún asi me molestan 
las sobremesas incómodas,
que ignoran al minutero,
como si no fuese el dueño
de lo que no vuelve.
Y aunque somos animales políticos según Aristóteles,
me siguen pareciendo una perdida de tiempo las discusiones.


Prefiero que la derecha 
sea solo una mano,
y que en la otra orilla 
del mismo cuerpo 
esté la izquierda.
Que la primavera 
no vuelva con miedo a casa, 
sola en la madrugada,
y que el invierno se quede 
abajo esperándola
después de sacar el reciclaje,
charlando con el lunes, 
que sonríe feliz  
porque el domingo 
mereció la pena.
 


Sé muy bien lo que escribo,
me hago cargo 
de lo que estás leyendo.
Mis palabras y este poema se estaban esperando.

Un poema muy disfrutable, ameno y a la vez profundo, que rebosa humanidad y sapiencia.

Creo que a veces te falla un poco la puntuación y alguna tilde como "aun así", que no lleva.

Al margen de esos pequeños detalles, escribes muy bien. Felicidades, Roberto.

Gracias prestaré atención, y como siempre gracias por tu lectura