En un páramo olvidado

Caminando por la vida
en tarde de pocas luces,
me detuve ante dos cruces
de madera ya podrida.
Un amante y prometida
que rompieron compromiso,
ninguno de los dos quiso
dar sus brazos a torcer.
A veces en el  querer
todo ocurre sin  aviso.

Bajo las cruces presumo,
a juzgar por sus tamaños,
amores de pocos  años
que cambian de fuego a humo.
En mi pena me consumo
ante tal descubrimiento.
¿Cómo en un fatal momento
sin que existan más razones,
se mueren dos corazones
y nace su enterramiento?

Quiero en mi mente anotar,
la soledad que acompaña
y la tristeza que entraña
cuando se deja de amar.
Siempre por desenclavar
gritó en sus versos Machado.
¿Por qué Señor has dejado
que dos amores terminen
sin que de nuevo germinen
en un páramo olvidado.