EGOISTAS

Como una embestida fría y oscura
Vinieron por mí tus palabras
Luego supe que sin armadura lo mataríamos
Y me propuse defenderlo de nuestra verborrea
Que como certeras balas lo atravesaron

Si, lo supe cuando indefenso y tembloroso
Lo vi acurrucado en un rincón del sótano de mi corazón
Encendí la luz de reserva de mi alma
Y vi una lágrima que recorría su mejilla mientras sangraba.
Me miro con ojos de tristeza
Lo abrace cuan fuerte podía
Y le dije que sanaría
Que las cicatrices que lo cubrían Ya no volverían
Que todo seria alegría como en los primeros años
Donde no existía metralla en nuestras palabras

Me quede a su lado toda la noche
Esperando tu calma
Llegando la mañana despertamos
Con él abrazando nuestras egoístas almas.