SIRENAS

Mientras remo,
les canto a las sirenas,
porque mi voz
las encandila
hasta ignorar el pudor,
y alguna se desvanece
a la profundidad.
Ellas acarician
sus largos cabellos,
ofreciéndome deleites.
Tienden a un lado
sus lindos rostros,
con sonrisas que insinúan
alegres antojos,
y clavan en mí
sus miradas,
buscando cautivarme.
Paso entre ellas,
encandilando sin más,
sus escamados corazones,
urgidos de las caricias
prendidas al querer.

Me ha gustado que introduzcas las sirenas en tu poema, las que atan y desatan, pero sin embargo curiosamente en este caso eres tú quien las enamoras. Me ha gustado leerte.
Un saludo.