La llegada

El tren es una oruga de magnolias y azahar.

Después, el hierro y sus ventanas anfibias,
o el sonido metálico de los centinelas
que huyen con el presagio y la aurora
como topos emboscados.

El taxi nos arropa, su seno es blanco como
la premura -no olvides, madre, las cenefas del miedo
o el corazón como alguacil de mi fe-.

Hay fiebre aquí, en los ojos amarillos del tráfico,
y canciones sin párpado tan azules como un noviembre
herido.

Pero a mí me gusta este ronroneo de hélices, las palabras
sin idioma o los semáforos que huelen a sal y a estertor.

La ciudad se agita como un tiovivo, de sus venas subterráneas
surge la luz y la conciencia. Yo me refugio entre caobas y sol,
como un príncipe que añora el color de la música, el verbo cuya
imaginación es astucia.

Mi hastío nunca se arrodilló y en los lúgubres carteles,
en los bares amorfos, en las terrazas de un solo hemisferio
yo anuncié mis pasos de sinsabor y cicuta.

¿Queda, quizá, la siniestra finitud de un cuerpo que ya es lejanía?
Como un cruce de caminos el horizonte se agranda, se agranda.

De veras que tus poemas siempre me parecen impresionantes. ¡Qué gusto, qué descripción de la ciudad! Ese spleen que recuerda a Baudelaire en temática, donde la ciudad es abatimiento, un chirrido cercano donde todo resulta extranjero.

El final melancólico, casi desesperado, da un pizca de esperanza que se muestra como negada aunque se observe.

Te doy mi aplauso. Estoy encantado.

¡Un saludo!

Interesante propuesta literaria!!



Saludos desde la Bahía de Santander

"como un príncipe que añora el color de la música"

Hermosa sinestesia. En verdad, el poema contiene grandes hallazgos estéticos, como:

"Pero a mí me gusta este ronroneo de hélices, las palabras
sin idioma o los semáforos que huelen a sal y a estertor."

Está en la línea de tus mejores obras.

Eso sí, yo aquí cambiaría la puntuación: "no olvides, madre, las cenefas del miedo".

Saludos, Ramón.

He disfrutado muchísimo del paseo que nos has regalado, lleno de imágenes cautivadoras.

Me ha encantado, gracias Ramón.

Ramón tu poema es impecable , las imágenes contando una historia para mí es lo más importante de un poema , especialmente:
Hay fiebre aquí, en los ojos amarillos del tráfico,
y canciones sin párpado tan azules como un noviembre
herido.
Mis felicitaciones sinceras , que tengas un buen fin de semana, se aprende mucho contigo un saludo

Lucio escribió:De veras que tus poemas siempre me parecen impresionantes. ¡Qué gusto, qué descripción de la ciudad! Ese spleen que recuerda a Baudelaire en temática, donde la ciudad es abatimiento, un chirrido cercano donde todo resulta extranjero.

El final melancólico, casi desesperado, da un pizca de esperanza que se muestra como negada aunque se observe.

Te doy mi aplauso. Estoy encantado.

¡Un saludo!

Gracias, Lucio, por leer y por el amable comentario. Un saludo cordial.