LATIDOS

Respirar sin aire
mientras mi pecho
daba oscuros puñetazos de latidos contiguos,
mi corazón y tus manos de dedos largos, avances de un amor.
Oh espíritu infantil, oh duro el cuerpo de gemir,
fingir que no te quiero y me quemo.
Por eso te observo sin luz, sin sabor, de lejos, porque no me atrevo a perturbar tu sueño.
La noche no se cansa de vibrar y se escurre despacio sobre las paredes frías de esperar el arcano silencio sepulcral.
Estrepitoso latir de las piedras que chocan en la orilla
como una nana ronca, entretanto el mar mezcla su azul oscuro con el blanco lunar.


;

"Por eso te observo sin luz, sin sabor, de lejos, porque no me atrevo a perturbar tu sueño."

Mucha delicadeza y amor en este verso. También me ha gustado el cierre.

Saludos, Fernando.

Gran poema. Saludos.