Todavía (o de como espantar al ridículo de amarte)

Aún me pregunto por qué me dijiste "mi amor" en aquel contexto en el que yo me expandía intentando abarcar todo el espacio que me quedaba.
Sólo te reprocho eso.
Y tus dudas. Esas que me confundian cuando yo solo era el entretenimiento de turno. Es posible que tú realmente dudaras. Yo lo tenía tan claro...
Pero esas palabras mezcladas con sudor y gemidos... Y esas ganas de fundirme y soldarme en alguna molécula de esa saliva que me corroía suavemente el cuello... sin pensar que todo se desvanecería... Porque si yo hubiese sabido que desaparecerías tras excusas de plástico de bolsas de basura... Si yo no hubiese dudado, si me hubiera mantenido firme en mi inframundo de lágrimas y cagarrutas...
Pero tuviste que llegar y estropear mi red neuronal con tus nudos infantiles, con tu empeño en hacer otros caminos sin salidas, tu puñetero énfasis en tu yo modestamente divino, como si fuera verdad, como si tu ego no se hinchara con las bocanadas que te dan las mujeres a las que despistas con tus palabras a medias.
No quiero odiarte porque admitiría que te amo. Pero te odio.
Odio tu pelo, tu cara, tu camisa de palmeras, tu brazo y tus fotos. Y no me queda más remedio que seguir teniéndote colgando de todas mis ideas.
Desaparecerás. Debes desaparecer. Cuando deje de odiarte lo harás y no volverás a caberme jamás.

Hola Nel leí tus prosas y me encantaron. Un abrazo

Catalina escribió:Hola Nel leí tus prosas  y me encantaron. Un abrazo

Gracias, Catalina!