Nutrir aguas indolentes-.

Oh morir, desde este ancho mar,
nutrir las aguas esqueléticas con
rocíos de espermas vigilantes y centinelas.
Oh cesar bajo este palio imprecatorio
que inunda la belleza del cuerpo indolente,
belleza que distingue realidades muertas
de autismos sofocantes. Disturbios
que la mente propicia en la tregua inversa
de los días ambivalentes, rey o gusano,
flor o escarcha, al fin, sueño de espasmo.
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Mira que te gusta empezar los versos con un "oh" (sonrío, no es una crítica). Poetas egregios como Aleixandre también lo usaban mucho. Bueno, yendo al poema, no todas las metáforas (mejor "aguas esqueléticas" que "palio imprecatorio") me parecen igual de logradas, pero en su conjunto evocan y sugieren, y las dicotomías son un buen cierre, y ambivalente.

Saludos.

Pues mira, Óscar, evidentemente no soy Vicente Aleixandre, ni lo pretendo, pero siempre me fijé en ese tono admonitorio tan suyo; la realidad es para son-reír, sí. Un abrazo-.