Rutina repetitiva

Paro.
Y me doy cuenta que estoy en el mismo sitio de siempre.
Ese sentimiento se ha vuelto a adueñar de mi cuerpo.
Y como si fuera una rutina,
Como si fuera el autobús que cojo,
Me lleva a la oficina.
Un lugar donde no estoy sola.
Donde unas voces entran en mi cabeza
Para coger las riendas de esta yegua.
Me secuestran y me encierran,
Siendo una espectadora al ver la sangre que me causan al clavar las espuelas en el centro de mi alma.
Veo cómo me destruyen.
Veo cómo dan paso al dolor.
Cómo me sueltan cuando han terminado
Para que sobreviva con lo que han dejado.
Y se van.
Y el silencio entra en escena.
Un silencio donde solo se oyen los suspiros de una yegua agotada.
Silencio de una chica que se mira y se desprecia.
Una chica que no tiene un plan para salir de esta mierda y silenciar esas voces en su cabeza.
Plan para sobrevivir lo que le queda,
Siendo ella la que manda
Y no la que observa.

Buenas, me ha gustado. El cansancio se nota mucho en tus versos, siendo este uno de los pilares el poema. Saludos

Ostras... Gracias por compartir esto. Me ha llegado al alma. Gracias (reverencia)