MI VOZ, MUERTO EN BATALLA/Por Oscar Bazzardi

He reescrito esto que pretende ser un grito salvaje, dentro de la conciencia de la gente-pueblo
Es la voz de la guerra, en esta voz autoimpuesta de dolor.
¡Escuchen!!!! Mi voz, que quizás sea su voz y si unimos nuestras voces, el clamor llegará a los depredadores que juegan con el destino de la humanidad.
Ningún futurólogo podía predecir qué destino en suerte me tocaría; nadie, ni siquiera Dios.
Entre tumbas y laureles, en un cementerio lejos de la vida, un día después de la muerte.
Un general y no otro sepulturero más barato, nos empujó con sus puños de fuego a una fosa,
Nos enterró en las cavernas inhóspitas donde no llegan los murmullos de la vida.
Con un arma de grueso calibre, forjó un telón de fondo, una cortina ambigua, un orificio para que ella se pudiera filtrar tu vida
Su instrumento para llevar a cabo este proyecto, fueron nuestros cuerpos cultivados y sembrados…regados con sangre de libertad, y simplemente engañados por una falsa idea de patria. La patria no es donde naces, ni dónde vives, la patria es la tierra de paz y prosperidad, si la hay.
Todos somos terráqueos y nos inculcan una patria de mentira, y por ello estamos aquí, hoy… como tantas veces, solo que hoy soy uno más… un muerto sin libertad de decidir.
Mal cavados y sepultados por el que NO debía, no se les paso por su mente; que bajo tierra nada se pierde, casi vivos, comimos de nuestra propia carne hasta compartirla.
Hay palabras adaptadas. Hay otras que están faltando, no hay palabra que me nombre. No.
¡Yo quiero vivir!
simples palabras que suelen repetirse como fórmula mágica o como tiempo de verbo
Yo quiero vivir, tú quieres vivir, todos queremos vivir. Pensar en todo y en todos
Un pacto cerrado por miles de tumbas y firmas de cuero, entre unos pocos jefes de estado, generales y la muerte, unidos por lazos, descosidos por dejar hacer lo quiera el otro, prologo y prefacio del que sigue.
Yo muerto, yo soldado, deambulo por un corredor interminable
¡Despierto!!
Soy el vivo que no sabe que ha muerto
Estoy tratando de regresar…
De volver a abrazar a mis padres,
De besar a mí esposa,
De ver como mis hijos crecen.
¡Pero no puedo!
¡Es que un tapiz verde me envuelve!
Me aprisiona; me separa en pedazos.
No hay palabra que me nombre, que nos nombre
En otros lugares; nombres tendré.
Cada día, cada grito me anima a volver.
Me ha tocado vivir una noche negra de una época gris.
Me llamo: mal recuerdo…carne de cañón
Ahora me dicen…” soldado desconocido”
Nadie se dignó a explicar la vida con letras cortas, utilizar ese verbo, darle forma a un predicado oculto entre crepúsculo y la aurora, disfrazar a un sujeto de general para que, al borde de la paranoia, casi en la locura total, utilice la pala para sus fines de tierra y sombra
Esta vez toda la razón de esa curiosa sinrazón de ciudades en jolgorio de fuego atronador
Todo parecía confundirse... desde la euforia de la estúpida y nefasta guerra.
Hasta un llanto de luto de madres despojadas, rodea la periodista oficialista que con alegría revindicaba la imagen del gobernante, dictador de turno.
La incertidumbre invadía nuestras vidas y por momentos sentimos vivir en una trinchera y nuestras camas se acolchaban entre sangre, fuego y dolor
Hasta que un obús, estallo en la trinchera, y huecos gritos de dolor, escucharon por último mis tímpanos…mientras por mis agujeros escapaban mis sueños, mi esposa, mi madre, los besos que no di, los abrazos de mis hijos, y un “la puta que te pario” al general que nos mando.
Y sobre mi cuerpo falta una cruz de palo y una estampita con una simple y patética frase:
“Ni siquiera dios sabe dónde estoy...ni porque"

seeeeeeeeee....

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Un abrazo