Mil voces y un reflejo

Me he clavado por inconsciente
mil agujas en la sien,
es ahí, cuando mis subyugados ojos
ven mi único reflejo.
Si no es por ser reflejo,
no soy. Y me ahogo
en baños de tez cálida,
queriendo aferrarme a sus costuras.
Y entre suspiros del tiempo
he cogido sus fibras por la raíz,
terminando por deshilarme,
y en descubiertas hebras de razón
se desangra mi voz.
No es reflejo sino espejo donde busco,
y entre atisbos de rotura
miro de soslayo su trasluz.
¿Se ha vuelto mi existencia
no más que una pesadilla terrenal?
Pues muerto en vida,
me conmueve su vulgar retórica.
Y me pierdo
en sus montañas de costumbre,
donde brotan retoños
de una quimera de libertad.