- NolbertoMirmidónVeterano del foro
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ANSIEDAD
Mar Sep 26, 2023 8:51 pm
Eres nota que vibra en mi canción
y como una romántica saeta
llegaste a mi callado corazón,
que por ti, de ansiedad, se hizo poeta.
xxx
Quisiera ser la brisa de la aurora
que acaricia tu blonda cabellera,
y a tus plantas, mujer encantadora,
rendirte admiración, la vida entera.
xxx
Y ser, también, del mar, las tibias olas
y, como ellas, poder acariciarte,
y en un beso morir contigo, a solas,
de locura infinita al contemplarte.
xxx
Quisiera de tu boca ser aliento,
y en secreto libar tus labios rojos;
y embriagarme de amor con tu tormento,
bajo el cielo radiante de tus ojos.
xxx
También, yo quiero ser la veranera
que se aferra al umbral de tu ventana,
y poderte mirar, la vida entera,
a la luz celestial de la mañana.
xxx
Y ser, también, la estrella vespertina,
que en el alto confín del firmamento,
te contempla a través de tu cortina,
queriendo penetrar en tu aposento.
xxx
Y quien fuera la alondra enamorada,
que trina en la quietud de la sabana,
para siempre cantarte en la alborada ,
el himno del amor, cada mañana.
xxx
También quisiera ser, eternamente,
la fúlgida diadema de tu pelo,
que irradia cual luceros en tu frente,
hasta el día que Dios nos lleve al cielo.
NOLBERTO MARÍN
y como una romántica saeta
llegaste a mi callado corazón,
que por ti, de ansiedad, se hizo poeta.
xxx
Quisiera ser la brisa de la aurora
que acaricia tu blonda cabellera,
y a tus plantas, mujer encantadora,
rendirte admiración, la vida entera.
xxx
Y ser, también, del mar, las tibias olas
y, como ellas, poder acariciarte,
y en un beso morir contigo, a solas,
de locura infinita al contemplarte.
xxx
Quisiera de tu boca ser aliento,
y en secreto libar tus labios rojos;
y embriagarme de amor con tu tormento,
bajo el cielo radiante de tus ojos.
xxx
También, yo quiero ser la veranera
que se aferra al umbral de tu ventana,
y poderte mirar, la vida entera,
a la luz celestial de la mañana.
xxx
Y ser, también, la estrella vespertina,
que en el alto confín del firmamento,
te contempla a través de tu cortina,
queriendo penetrar en tu aposento.
xxx
Y quien fuera la alondra enamorada,
que trina en la quietud de la sabana,
para siempre cantarte en la alborada ,
el himno del amor, cada mañana.
xxx
También quisiera ser, eternamente,
la fúlgida diadema de tu pelo,
que irradia cual luceros en tu frente,
hasta el día que Dios nos lleve al cielo.
NOLBERTO MARÍN
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