Velando el sueño

Aunque no sepa nada permanezco en tus manos
y tiemblo de emoción si fijamente miras
en que se han convertido los recuerdos pasados
de la infancia perdida tan lejos sin hallarte.

Ahora soy en tus manos el mismo que lloraba,
acosado -sin fuerzas- por el mundo podrido
del desprecio en mis carnes azotadas de burlas,
y a la par dulcemente por ti mortificadas.

Ahora soy, me miras, puedo sentir tus labios,
el roce por el cuerpo -con la forma de copa-
cuando me vas bebiendo; tal así, embebido,

adquiero tu presencia -sin la imagen- a oscuras,
arrullado en tu huevo, vislumbro las galaxias
donde estás tú conmigo siempre velando el sueño.