Constancia de insecto-.

Sustraigo de las galerías inferiores,
piedras, estalactitas, números insoslayables,
convocaciones a la estela fragante
de un nocturno intruso de paredes fugitivas.
La flexibilidad de los puños sobre las aceras,
dictamina en este orden, cómo deben ser los sueños.
Oquedades mortecinas, ídolos vengativos,
sobriedades neutralizadas por la exigente muchedumbre.
Apenas lanzo la mirada a un olmo viejo y distante,
donde revivo las horas de un guante devastado por la
intemperie.
Soporto los días. La agrupación compungida por constelaciones
que fluye desde aquel minúsculo árbol
repentinamente hecho urna cineraria.
El vigor de las plantas y el odio de los crepúsculos,
se agrupan confusos, por las manos y los gregarios
impulsos destruidos.
Conmovido por cadáveres de flores y estambres,
sueño en la fragosidad de un cuerpo que extiende
sus alas de predominio.
La blancura nivelada exhorta su paciente irritación.
Veo, muerdo, incluso mastico, los labios de mi amante
sin sombra.
La sangre no remite por las alquerías palaciegas,
por los vastos territorios de la penumbra acaecida.
La oscuridad demuestra el resplandor de los huesos,
testículos inflamados de los bueyes al germinar con sus pisadas.
Cornamenta florecida en los pábilos de las aéreas alucinaciones.
Mi cuerpo es una melodía extensa, como relámpago
que disminuye en destellos.
Reticente me aproximo a los océanos y sus fluidos.
La cavidad del órgano dio su consejo a los futuros
mentecatos.
Y soltó su piedra de cuarzos sobre las mutiladas piernas
de la prostituta.
Secreciones nocturnas, brazos que consumen humedades,
dedos que alzan su pavor de palabras y sus vocablos categóricos.
El fuego siempre milenario asesinando la frágil construcción
de un sueño. Mi boca dividida por la ineficacia de los astros.
Ahora, en la vida, sus creencias,
sus sintagmas, sus apotegmas, sus miserables consecuencias.
Erguido como un macho ante la imponente mole de gestos.
Atributos perseguidos por fantasmales secuaces, por
venganzas renacidas desde el fin de los cielos insomnes.

La ruindad pertenece a los murmullos del universo.
Donde cada escaparate nace para otorgar un pequeño
obituario de especie.
Las acequias engordan su súbito crepitar de hojas
impacientes.

Es un poema complicado. Traducir las metáforas y hacerlas encajar como un puzzle para completar el todo del relato, no es fácil. Después de algunas lecturas, todavía enerva. No es para cualquier momento

Pues casi te doy la razón, me costó mucho encontrar un lugar para cada imagen casi pictórica del poema. Pero no me exaspera en absoluto que así lo manifiestes, mejorar es o debería de ser el cometido de todos. Un saludo Pablo y gracias-.

"La blancura nivelada exhorta su paciente irritación."

"Mi cuerpo es una melodía extensa, como relámpago
que disminuye en destellos."

"Las acequias engordan su súbito crepitar de hojas
impacientes."

Un pasaje (y paisaje) alucinante de bellas y originales metáforas. Es difícil crear una urdimbre tan compleja y bien elaborada, repleta de tonos y matices.

Aunque tienes algunos poemas cortos muy buenos, en éstos, más rizomáticos, siento que eres más tú.

Saludos, Bienve.

Óscar Bartolomé Poy escribió:"La blancura nivelada exhorta su paciente irritación."

"Mi cuerpo es una melodía extensa, como relámpago
que disminuye en destellos."

"Las acequias engordan su súbito crepitar de hojas
impacientes."

Un pasaje (y paisaje) alucinante de bellas y originales metáforas. Es difícil crear una urdimbre tan compleja y bien elaborada, repleta de tonos y matices.

Aunque tienes algunos poemas cortos muy buenos, en éstos, más rizomáticos, siento que eres más tú.

Saludos, Bienve.

Nuevamente gracias por tu considerada aportación a mi obra poética, siempre contribuyes a que nos realicemos con más juicio y prudencia en este plano. Un saludo!

Enhorabuena, Bienve. Tu poema "Constancia de insecto" ha sido elegido como el mejor de la semana.

Me encanta la diversidades de metáforas y la dificultaddel poema .
Saludos