Angel finito

ANGEL FINITO


Anónimo, sin historia ni epitafio,
he aquí al que bebe amaneceres
y de noche adivina el destino
de planetas desconocidos.

Es quien susurra a los amantes
palabras secretas que desvelan
el fulgor o la ceniza
en los trabajos del amor.

Jazmín en el pecho
del águila, nieve
que alimenta a la fiera
o campana silenciosa
de cualquier camposanto sumergido,
siente la pasión sin egoísmo,
castiga sin odio
y olvida sin rencor.

Cuando la muerte cande
los postigos de su vida,
las piedras o las rosas han de guardar
su recuerdo ante los ojos de nadie
o los siempre resignados de un dios
que olvidó morir y sufre para siempre
los rigores de la eternidad.