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Palmira
Jue Ene 23, 2020 11:13 pm
Palmira vivió en un mundo normal e hizo todo aquello que cabe esperar de una mujer normal: se enamoró, se desenamoró y siguió viendo el vaso medio lleno.
Marchó a la montaña, a quién sabe qué, y bajó rebosante para amar, vivir, sufrir y volver a un mundo empírico a tratar de seguir viendo el vaso medio lleno.
Bella por fuera y más bella por dentro, suerte tendrás si por amiga la tienes, aunque puede que, algún día, de ti no se acuerde.
Marchó a la montaña, a quién sabe qué, y bajó rebosante para amar, vivir, sufrir y volver a un mundo empírico a tratar de seguir viendo el vaso medio lleno.
Bella por fuera y más bella por dentro, suerte tendrás si por amiga la tienes, aunque puede que, algún día, de ti no se acuerde.
- Óscar Bartolomé PoyFundador del ParnasoGenerador de debatePremio a la participación activa en el foroInsignia de oroDistinción al poeta que obtiene el reconocimiento de los demás compañerosPopularidadGalardón al poeta cuyos temas gustan a la comunidadMirmidónVeterano del foro
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Re: Palmira
Vie Ene 24, 2020 9:38 am
La protagonista de tu relato parece una versión femenina de Zaratustra (lo cual sería poco probable, habida cuenta de su ínclita misoginia).
Estos cuentos no sé si encajarían mejor en aquel apartado, pero vamos a dejarlo aquí.
Saludos, Ichneumon.
Estos cuentos no sé si encajarían mejor en aquel apartado, pero vamos a dejarlo aquí.
Saludos, Ichneumon.
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Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
I loved you like the darkness loves the brightness of a dying star.
- InvitadoInvitado
Re: Palmira
Sáb Jul 31, 2021 6:56 am
No suele ocurrir
que un delfín
de piel añil
pase por aquí.
Fui feliz
como aprendiz
de una emperatriz
entre sirenas que vi.
Llevaba defensas del vil
impresas al escribir
sobre su matriz
dibujos que le insistí.
Me explicó ese pedigrí
de su ir y venir
Estaba delante de mi
y no la atendí.
Fue París
con anís
en abril
febril.
La bebí
pez pequeñín
al permitir
mi desliz.
Volvió al redil
y al rendir
del por venir
con sonreír.
que un delfín
de piel añil
pase por aquí.
Fui feliz
como aprendiz
de una emperatriz
entre sirenas que vi.
Llevaba defensas del vil
impresas al escribir
sobre su matriz
dibujos que le insistí.
Me explicó ese pedigrí
de su ir y venir
Estaba delante de mi
y no la atendí.
Fue París
con anís
en abril
febril.
La bebí
pez pequeñín
al permitir
mi desliz.
Volvió al redil
y al rendir
del por venir
con sonreír.
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