Espuma de otra galaxia

Hoy me he levantado silbándote,
con una melodía azul que me chasqueaba los labios
y un cosquilleo ufano en la punta de la lengua,
y feliz, feliz, dichoso y exultante,
así como cuando te acostumbras al sonido del nombre amado
y ya no puedes dejar de pronunciarlo y repetirlo
en voz tan alta que la gente puede oírte,
y tú estás tan contento y tan absorto y tan ajeno a todo
que ni lo sabes ni maldita sea si te importa,
tan contento estás, tan ufano,
y la gente que te oye canturrear
se da la vuelta y te mira inquisitiva y envidiosa,
con cara de no entender,
con cara de pasmados,
como si el loco fueras tú
y no ellos, los que nunca han bailado,
los que sólo mueven los pies cuando alguien pone música
–y ni aun entonces bailan–.
Dime, ¿alguna vez te ha pasado?
¿Alguna vez has cantado delante del espejo
una canción improvisada en otro idioma que no el tuyo
o has hablado solo y te has respondido
como si fuera otro el que te hablaba,
y tu voz sonaba tan distinta y tan distante
que era otra voz, la voz suya, su voz, que no la tuya?
Que por qué estoy tan feliz y me río a carcajadas
y doy pasos de baile y parezco tan memo, me preguntas,
si la vida es cruel, violenta y descarnada
y apenas da resquicio a la esperanza.
Porque este amor, querida mía, te respondo,
es espuma de otra galaxia.

El ritmo que le has impreso al poema, le da fuerza a la expresión jubilosa que lo recorre entero. Me gustó sobre todo esa
"melodía azul que me chasqueaba los labios"

Para la reflexión subrayo estos versos, por su certeza:
"como si el loco fueras tú
y no ellos, los que nunca han bailado"

No se me escapa la aliteración en :
"y tu voz sonaba tan distinta y tan distante"

El final es sorpresivo y muy acertado:
"Porque este amor, querida mía, te respondo,
es espuma de otra galaxia."

Es un placer visitarte, Óscar.
Besos trísticos.

Me has sorprendido, Óscar, sé que sólo he leído una pequeña gran parte de toda tu obra, pero es el poema más optimista que te he leído, es un oasis de alegría contagiosa. A veces la mente se da un respiro sin premeditación, como un resorte vital que salta automáticamente cuando el cuerpo lo necesita.

"Que por qué estoy tan feliz y me río a carcajadas
y doy pasos de baile y parezco tan memo, me preguntas,
si la vida es cruel, violenta y descarnada
y apenas da resquicio a la esperanza.
Porque este amor, querida mía, te respondo,
es espuma de otra galaxia."

Muy bueno el final.

Me has recordado un pequeño texto que escribí tiempo ha:

A Matter Of Trust

Para Tamara

Acabo de encontrar una canción
que buscaba desde hace años.
La escuché en un bar y recordé
que, cuando era más joven,
me encantaba.
El camarero me dijo el nombre del cantante
para que la pudiera encontrar,
pero se me olvidó
como se me olvidan
muchas cosas importantes de la vida.
Encontrarla, me ha alegrado el día, un mal día...
Pero ahora estoy contento.
A veces bastan tres minutos de música
para darle un giro a las cosas.
¡Estoy muy contento! Con una sonrisa en la boca
y contigo en mi recuerdo, como un deseo
escrito con tiza en el suelo.
Hoy es un gran día...
Estoy muy contento.

Marisol Galarza escribió:El ritmo que le has impreso al poema, le da fuerza a la expresión jubilosa que lo recorre entero. Me gustó sobre todo esa
"melodía azul que me chasqueaba los labios"

Para la reflexión subrayo estos versos, por su certeza:
"como si el loco fueras tú
y no ellos, los que nunca han bailado"

No se me escapa la aliteración en :
"y tu voz sonaba tan distinta y tan distante"

El final es sorpresivo y muy acertado:
"Porque este amor, querida mía, te respondo,
es espuma de otra galaxia."

Es un placer visitarte, Óscar.
Besos trísticos.

Eso, más que una aliteración, es un poliptoton, pero sabía que no se te iban a escapar esas figuras retóricas. El giro final es muy importante en este poema, sí, que por alguna razón desconocida me salió mucho más alegre de lo que es habitual en mí. La verdad es que tampoco me gusta encasillarme.

Gracias por comentar, Marisol. Besos faetónicos.

M.G.Hernández escribió:Me has sorprendido, Óscar, sé que sólo he leído una pequeña gran parte de toda tu obra, pero es el poema más optimista que te he leído, es un oasis de alegría contagiosa. A veces la mente se da un respiro sin premeditación, como un resorte vital que salta automáticamente cuando el cuerpo lo necesita.

"Que por qué estoy tan feliz y me río a carcajadas
y doy pasos de baile y parezco tan memo, me preguntas,
si la vida es cruel, violenta y descarnada
y apenas da resquicio a la esperanza.
Porque este amor, querida mía, te respondo,
es espuma de otra galaxia."

Muy bueno el final.

Me has recordado un pequeño texto que escribí tiempo ha:

A Matter Of Trust

Para Tamara

Acabo de encontrar una canción
que buscaba desde hace años.
La escuché en un bar y recordé
que, cuando era más joven,
me encantaba.
El camarero me dijo el nombre del cantante
para que la pudiera encontrar,
pero se me olvidó
como se me olvidan
muchas cosas importantes de la vida.
Encontrarla, me ha alegrado el día, un mal día...
Pero ahora estoy contento.
A veces bastan tres minutos de música
para darle un giro a las cosas.
¡Estoy muy contento! Con una sonrisa en la boca
y contigo en mi recuerdo, como un deseo
escrito con tiza en el suelo.
Hoy es un gran día...
Estoy muy contento.

Sé que es no mi tono acostumbrado, que casi siempre escribo poemas melancólicos, y a veces también perturbadores, pero esta vez sentí el impulso, o la necesidad, de expresarme de una manera mucho más bonancible. En cualquiera de nosotros caben muchos estados de ánimo. Nadie está triste o alegre las veinticuatro horas del día. Eso sería muy aburrido.

De tu poema me quedo esto: "A veces bastan tres minutos de música / para darle un giro a las cosas", que, además, conecta bien con el mío.

Un abrazo, amigo.

Óscar Bartolomé Poy escribió:Hoy me he levantado silbándote,
con una melodía azul que me chasqueaba los labios
y un cosquilleo ufano en la punta de la lengua,
y feliz, feliz, dichoso y exultante,
así como cuando te acostumbras al sonido del nombre amado
y ya no puedes dejar de pronunciarlo y repetirlo
en voz tan alta que la gente puede oírte,
y tú estás tan contento y tan absorto y tan ajeno a todo
que ni lo sabes ni maldita sea si te importa,
tan contento estás, tan ufano,
y la gente que te oye canturrear
se da la vuelta y te mira inquisitiva y envidiosa,
con cara de no entender,
con cara de pasmados,
como si el loco fueras tú
y no ellos, los que nunca han bailado,
los que sólo mueven los pies cuando alguien pone música
–y ni aun entonces bailan–.
Dime, ¿alguna vez te ha pasado?
¿Alguna vez has cantado delante del espejo
una canción improvisada en otro idioma que no el tuyo
o has hablado solo y te has respondido
como si fuera otro el que te hablaba,
y tu voz sonaba tan distinta y tan distante
que era otra voz, la voz suya, su voz, que no la tuya?
Que por qué estoy tan feliz y me río a carcajadas
y doy pasos de baile y parezco tan memo, me preguntas,
si la vida es cruel, violenta y descarnada
y apenas da resquicio a la esperanza.
Porque este amor, querida mía, te respondo,
es espuma de otra galaxia.

Reconozco que lo he leído unas cuantas veces y lo he vuelto a leer, estoy, estoy, perpleja...Me ha encantado, reconozco tu voz en el poema, pero, ni en cien años te veía escribiendo algo así. Ha sido una grata sorpresa y el poema me parece inspiradísimo, y sí, he cantado...

Abrazo grande.

_María

María,

supuse que os sorprendería un poco este cambio de tono, pero como bien dices, creo que mi voz se reconoce, y eso es lo más importante.

Un fuerte abrazo, y no dejes de cantar.

Recupero para la causa este poema, en un tono muy distinto del habitual.