Años 50

AÑOS 50


Conservaban todavía en sus ojos
el humo de los obuses
y los gritos del miedo en los oídos cuando llegamos
nosotros, bebés del tiempo mas triste,
a limpiar su mirada con la nuestra
y alegrar las noches de pesadilla
con nuestros balbuceos agradecidos.

Fuimos niños de posguerra, desarrapados
portadores de esperanzas,
que hicimos de cualquier domingo principio
y fin de la vida que entonces se encerraba
en siete días ásperos, pues nunca fue mas difícil
descubrir cualquier futuro bajo la desolación.

La carne había vencido la batalla
por sobrevivir, y era apacible la luz
del séptimo día, portador de azúcar y pereza y cantos
transparentes de pájaros amarillos posados
en cualquier rama también joven.

Los domingos, decía, ofrecían el mar
como recompensa: una promesa azul,
exenta de amenazas. Aprendimos entonces
de las olas palabras nuevas,
y las arenas tibias de La Malvarrosa nos brindaban
conchas de nácar como tesoros
mientras lentos, los barcos desaparecían con el Sol
llevándose muy lejos la tristeza.

Así, a través del silencio protector
o culpable de la tierra, crecimos.
Crecimos para encontrar una voz que nos sirviera,
aquélla que trajera palabras claras
y canciones sin rencor.

Desde entonces tenemos bien ganado
un hueco en la Historia;
Si de ellos fue una vez el tiempo del odio,
nosotros supimos descubrir bajo las ruinas,
la luz de la alegría.

Una mirada al pasado, a tu infancia, a los niños de la posguerra, un tiempo que a mí no me tocó vivir.

Dejando a un lado algunos pequeños detalles en la puntuación y ese "desarrapados" sin hache intercalada que se me hace raro de ver (aunque la RAE lo acepta), es un buen poema, nostálgico y sentido.

Saludos, Pablo.

Una preciosa oda a la infancia de la época que te tocó vivir y en la tierra (y en el mar) del que sin duda tienes su aroma.
Volvisteis a traer la alegría en la que luego mi generación nació (yo soy de los 60). Así que siempre os miraremos con la admiración que se tiene a un hermano mayor al que siempre has querido parecerte.
Has definido muy bien en tu poema vuestro lugar en la historia, (de nuestra tierra de azahar y agua salada -y arenas tibias-).

Muchas gracias a ambos

Muchas gracias Ingrid. Son unas palabras que todos debemos, de una manera u otra, al tiempo en que nacimos